7.2.2 ESTRUCTURA RIBOSOMAL
Los ribosomas están en todas las
células vivas. Son complejos supramoleculares encargados de la síntesis de
proteínas, en un proceso conocido como traducción (Figura 1). La información
necesaria para esa síntesis se encuentra en la información genética que les
llega del ADN en forma de ARN mensajero (ARNm), cuya secuencia de nucleótidos
determina la secuencia de aminoácidos de la proteína. Se conoce que la proteína
es una cadena formada por aminoácidos. Entre los seres vivos se han
identificado hasta ahora 22 aminoácidos, aunque los más usuales son sólo 20.
Figura 1. Ribosoma durante la traducción.
Debido a que los ribosomas ocupan un
lugar central en la vida, por muchos años los científicos alrededor del mundo
estuvieron tratando de descubrir su funcionamiento, pero sin conocer su
estructura espacial era difícil plantear una explicación comprensible. Para
revelar una estructura tridimensional de una sustancia a nivel molecular se
requiere la formación de cristales, pero cuando se ensayaba con los ribosomas,
encontraban desafíos inherentes debido a la complejidad de su estructura.
La estructura de los ribosomas es extraordinariamente
intrincada; es inusualmente flexible, inestable y carente de simetría interna,
todo esto hacía que su cristalización fuera una tarea extremadamente
complicada. Ada Yonath, cristalografía israelí y como investigadora del
Instituto Weismenn de Ciencia de la Universidad Hebrea de Jerusalén, dedicó
cerca de 20 años en dilucidar aspectos concernientes a los procesos de
biosíntesis proteica en células vivas. Fue galardonada con el Premio Nobel de
Química en el año 2009 por sus estudios pioneros sobre la estructura y la
función de los ribosomas. Fue un artículo sobre hibernación de los osos polares
que Ada leyó, a partir del cual, empezó su investigación. Su hipótesis era que
para mantener la actividad ribosomal por un largo tiempo, los ribosomas podían
encontrarse ordenadamente empaquetados en las células, en forma intacta y potencialmente
funcionales durante meses.
A mediados de 1980 el grupo de investigación de Ada
Yodath visualizó un método que abarcaba la subunidad-ribosomal grande y
propusieron, sobre la base de trabajos bioquímicos anteriores, que era el
camino por el cual la proteína naciente progresa a medida que se forma hasta
que emerge el ribosoma. Durante la investigación, fue desarrollándose una serie
de nuevas técnicas que hoy son ampliamente utilizados en los laboratorios de
biología estructural en todo el mundo. Una de ellas es la
crio-bio-cristalografía que consiste en exponer el cristal a temperaturas
extremadamente bajas –185°C, para minimizar la disgregación de la estructura
cristalina bajo el bombardeo con rayos X. Gracias a los avances en
cristalografía y a las facilidades desarrolladas en la detección e
identificación de las señales en la difracción de rayos X, se mejoró la
resolución de la técnica de crio-bio-cristalografía. A finales de los noventa,
se logró el primer mapa de densidad electrónica de una subunidad pequeña del
ribosoma.
Entre los años 2000 y 2001 se publicó la primera estructura tridimensional
completa de las dos subunidades que conforman el ribosoma de una bacteria. Estos
descubrimientos fueron el producto de 20 años de investigación, aun así se
estuvo bastante lejos de entender al ribosoma. Con la nueva visión interna de
la estructura ribosomal, se comenzó a tratar de explicar la acción del ribosoma
y cómo los antibióticos podían bloquear esa acción en los ribosomas de las
bacterias, inhibiendo su actividad. Luego de muchos ensayos con antibióticos se
encontró que las drogas se enlazaban en unos “bolsillos” específicos en la
estructura del ribosoma, localizados en o cerca al sitio activo, de esta manera
podían evitar la síntesis de proteínas en el centro activo. Hoy en día, estos
descubrimientos han permitido controlar muchas enfermedades.
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